Esta población, capital histórica de la comarca del Bierzo, conserva su aspecto señorial de antaño y un paseo por sus calles, nos hace entender porqué se le considera uno de los pueblos más bonitos de España. Su carácter ha sido forjado por dos sucesos históricos: convertirse en punto clave en el Camino de Santiago y ser el lugar elegido como residencia por los nobles de la comarca.
Paseando por sus callejuelas encontraréis tantos escudos como muestras de la arquitectura tradicional berciana con sus corredores de madera y sus tejados de pizarra.
En la calle del Agua, que atraviesa toda Villafranca siguiendo la ruta jacobea, se concentran los palacios, las casas señoriales y las animadas bodegas punto de reunión de la gente local y los forasteros.
La Travesía de San Nicolás nos llevará al Convento del mismo nombre, impresionante edificio con un gran claustro y el Museo de Ciencias Naturales, si os apetece visitarlo debéis concertar la visita con anterioridad. A sólo unos pasos está el Jardín de la Alameda, un precioso jardín romántico de finales del siglo XIX cuya fuente central fue traída desde el Monasterio de Santa María de Carracedo.
Al lado del jardín, veréis la Colegiata de Santa María, del siglo XVI, y si seguís por la calle del Viaducto llegaréis al Puente medieval sobre el Burbia.
En el Barrio de los tejedores, cuyo nombre hace referencia a la actividad que desarrollaba la gente que allí vivía, encontraréis una buena muestra de casas tradicionales.