La travesía en kayak por es una actividad apta para todos los públicos desde los 5 años. Esta actividad se realiza todo el año siempre y cuando la climatología lo permita. Contamos con kayak autovaciables de una y dos plazas + niño, y todo el material necesario (chalecos, palas, bidones estancos, neoprenos).
La zona de O Cañón do Sil es sin duda una de las mejores para practicar este deporte. El río discurre en calma y al ir en esta pequeña embarcación se pueden alcanzar lugares inaccesibles de cualquier otra manera. El curso en zig-zag que fue construyendo el Sil a su paso se dibuja caprichoso. Las rocas rojizas que a uno y otro lado nos escoltan tienen formas de lo más singulares.
Al continuar el trayecto el Sil se transforma en una sinuosa garganta, que en algunos puntos llega hasta los 500 metros de profundidad, nos asombramos al ver los balcones construidos en las laderas de las montañas para el cultivo de la vid. Una inclinación de hasta el 80% que los viticultores tienen que salvar para cuidar y recoger la uva. Fruto que dará lugar a uno de los caldos más venerados de Galicia. El vino fue uno de los motivos que trajo hasta aquí a los monjes benedictinos en la Edad Media, ya en aquel entonces ellos supieron sacarle buen rendimiento. La elaboración de vino no es el único legado que los eremitas dejaron a su paso, monasterios e iglesias salpican a uno y otro lado las riberas del Sil y del Miño.
Aunque el verano es la fecha elegida por la mayoría de los turistas para acercarse a la Ribeira Sacra es interesante visitarla a lo largo de las diferentes estaciones y observar la transformación que sufre el paisaje, que pasa de los verdes intensos a un juego de naranjas ocres y amarillos. Además esta zona gallega se caracteriza por tener un microclima que se acerca más al mediterráneo y por ese motivo está tan extendido en la zona el cultivo del olivo.